LA DANZA

Origen de la danza

La Real Academia define danza como “baile, acción de bailar y sus mudanzas”. Y bailar por “hacer mudanzas con los pies, el cuerpo y los brazos en orden y al compás”. Por ello no haremos distinción entre los vocablos danzar y bailar, y los emplearemos indistintamente.

La danza aparece unida al hombre, prácticamente desde sus orígenes. La danza primitiva era de carácter religioso como la mayor parte de las actividades que realizaban. Y en ella no había espectadores. Como en una celebración religiosa, están los fieles (testigos) y el celebrante, pero no hay espectadores.

¿Cómo surge la danza? Sin duda alguna, para expresar las necesidades vitales: necesidad de alimento (caza, recolección…), sentido de culto (ritos fúnebres, lluvia, trueno, rayo, salida y ocaso del sol, la luna…), de tipo social (galanteo, matrimonio, guerra…). Poco a poco se van configurando los diversos tipos de danzas, sin perder nunca el carácter colectivo. La procesión en torno a un objetivo sagrado o un árbol es una de las formas coreográficas más antiguas y que, de forma evolucionada, bajo aspectos bien diversos, ha llegado a nosotros.

Historia de la danza

En la antigüedad, desde las altas culturas hasta el mundo greco-romano, la danza se produjo de dos formas: danza sagrada o hierática, participando en las ceremonias religiosas, y danza profana destinada a las diversiones públicas y populares. Ya en las llamadas altas culturas (Egipto y Mesopotamia), la danza se desarrolla en forma de arte. Aparece el danzante profesional, creado por la aristocracia y para el espectáculo.

La Biblia nos narra cómo la danza era de uso frecuente entre los hebreos. El propio rey David bailaba delante del Arca. Se sabe que habla danzas sagradas periódicas y danzas misteriosas que formaban parte del culto. Había otras danzas de carácter noble que las vírgenes de Israel ejecutaban en las ceremonias públicas para celebrar acontecimientos importantes, como victorias frente al enemigo, y para ensalzar a los héroes de la patria. Tenían danzas fúnebres, de festival, etc.

De los griegos, pueblo eminentemente culto, se sabe que la danza formaba parte dentro de los planes de educación, es allí, dentro de la antigüedad, donde alcanza su más alto esplendor. Formaba parte no solamente de todas las ceremonias solemnes, religiosas o civiles, sino también de todas las festividades, incluso en los famosos juegos públicos. Algunas danzas griegas se hicieron muy famosas como el ditirambo en honor de Dionisos, en donde un celebrante y 50 danzantes interpretaban el ciclo de la vida, las danzas pírricas de carácter guerrero, las de la inocencia, las del himeneo, las danzas teatrales…

En Roma la danza adquiere importancia cuando conquistan Grecia. Traen maestros griegos y la danza se convierte en una necesidad social. Destacaban las que tenían relación con las bacanales o las fiestas lupercales o de purificación. Solían acabar en orgías. Y algunas, como las del 1 de mayo, fueron suprimidas por el emperador Tiberio.

Con el cristianismo, la danza pasa a estar controlada por la Iglesia y será fundamentalmente religiosa. En la Edad Media abandona los templos para refugiarse en los laicos y aparecen danzas un tanto esperpénticas y macabras como la danza de la muerte o la danza macabra. También en la Edad Media y unidas a los gremios, aparecerán numerosas danzas, muchas de las cuales han llegado hasta nuestros días con pequeñas variaciones, que se ejecutan el día del santo patrono y dentro de la ceremonia religiosa. En el Renacimiento, la danza alcanza una suntuosidad nueva y acrecienta su carácter de espectáculo.
Catalina de Médicis, que destacó ella misma como consumada bailarina, llevó este arte a Francia coreografiado, dando origen al primer ballet. A lo largo de los siglos XIV, XV y XVI, se empieza a conocer la danza dentro de las diversas cortes; así, lo que en un principio eran danzas propias de un país, se exportan e importan a los demás y, prácticamente en todos los paises, encontramos branies, courantes, pavanas, zarabandas, gavotas, chaconas, landiers, saltarellos, allemandes, etc. Y se puede decir que empieza a diferenciarse la danza de la corte de la propiamente popular.

En el siglo xv, el minué con sus reverencias, cortesías y gestos galantes impregnará todas las cortes y relegará la mayor parte de las danzas. En Alemania y a partir de un landier modificado, aparece el vals y, poco a poco, se introduce en todas las cortes europeas. Algo parecido podíamos decir de la polka o de la mazurka. De este modo, el baile en grupo deja paso al baile en pareja.

ÁNGEL ZAMORA  ”Danzas del Mundo” Ed CCSS